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febrero 11, 2022

Recientemente la Asociación Española de Pediatría y las dos Sociedades Pediátricas de Atención Primaria, SEPEAP y AEPap, alertaban sobre los problemas de sueño en adolescentes, una realidad que afecta decisivamente su salud, su bienestar.
Según refieren, el 15% de adolescentes no tiene un horario regular de sueño durante los días escolares. Y una mayoría abrumadora dice tener problemas para dormir.

Por naturaleza el adolescente es noctámbulo, su dificultad para acostarse pronto y levantarse temprano es pura biología. Los horarios escolares juegan en su contra.
Además, en las últimas décadas, ha ido disminuyendo la duración del sueño de los niños y adolescentes debido fundamentalmente al uso de pantallas. Los móviles, tablet u ordenadores son usados en las horas previas a dormir y en su dormitorio, quitándose horas de sueño. Pero hay más: por un lado la luminosidad de las pantallas hace que se produzca menos melatonina, la hormona del sueño. Por otro lado la actividad que les genera el estar conectados, navegando, en redes sociales o jugando on line, dificulta que concilien el sueño y éste es de peor calidad.

Hay estudios que demuestran que “niños, niñas y adolescentes que tienen móvil, duermen menos que los que no lo tienen.»
Es muy habitual usar los dispositivos por la noche, denominándose Vamping a la práctica de trasnochar para seguir conectado a internet y Phonbie (de phone+zombie) a los adolescentes que mantienen conexión durante la noche. Por eso es necesario educar en el uso responsable de las tecnologías. Establezcamos normas, pongamos límites. Y seamos un modelo para ellos.

Recordemos que el sueño es un hábito de vida saludable tan importante como la alimentación, jugando un papel fundamental en la infancia y adolescencia. Como dice la Dra. M.I. Hidalgo, pediatra de la Sociedad Española de Medicina de la Adolescencia, “Dormir un número adecuado de horas, de forma regular, se asocia con mejores resultados en salud: mejor atención, conducta, aprendizaje académico, consolidación de la memoria, regulación de las emociones, calidad de vida, salud mental y física.”
Por el contrario, a menor tiempo de sueño o patrones de sueño irregular, peor rendimiento escolar. Está estudiada la relación entre el déficit crónico del sueño y la menor habilidad motora, menor memoria, menor atención y dificultad en la resolución de problemas.

En cuanto a las necesidades diarias de sueño no podemos fijar una cifra exacta de normalidad. Es variable, entre 7 y 11 horas. Si durante el día está somnoliento, o bien los fines de semana necesita dormir más de dos horas extra serían signos de alerta sugestivos de que no está durmiendo lo que necesita.

Para terminar, en relación al sueño es recomendable:
* Mantener una rutina respecto a hora de acostarse y levantarse
* Evitar el ejercicio físico al menos 2 horas antes de irse a la cama
* Evitar el consumo de bebidas estimulantes sobre todo por la tarde-noche
* No usar dispositivos al menos una hora antes de irse a dormir
* No llevar dispositivos a la cama. Acordar una hora para guardarlos y dejarlos en un lugar común como el salón, nunca en el dormitorio. No hay excusa con que lo usen de despertador
* Dormir a oscuras.

Dra. Isabel Rubio

febrero 11, 2022

Hace unos días la ONG Save the Children presentaba su último informe: Garantizar comedor escolar sano y gratuito a toda la infancia en riesgo de pobreza.

El estudio analiza la cobertura de los comedores escolares en España y compara la tasa de riesgo de pobreza en cada comunidad autónoma con el porcentaje de alumnos con ayuda de comedor. Los datos analizados son del curso 2019-2020.

Solo Euskadi atiende a todos los menores en riesgo de pobreza. El resto de Comunidades tienen más niños en riesgo de pobreza que niños becados.
En la Comunidad Valenciana, mientras la tasa de riesgo de pobreza es del 24.6%, la cobertura de las ayudas a comedor alcanza al 18,3 %. Esto supone que miles de niños, niñas y adolescentes sin recursos no tienen acceso a la beca de comedor en nuestra Comunidad. Una situación que debemos denunciar.
Pero además, en junio del 2021, los Estados miembro de la Unión Europea aprobaban la Garantía Infantil Europea. Con ella nos comprometíamos a que toda la infancia en situación de vulnerabilidad tuviera acceso a servicios clave, entre ellos, comedor escolar. Se garantizaba así una comida gratuita al día en el colegio.

El comedor escolar tiene como objetivo proporcionar alimentación saludable a la población infantil y adolescente. Es una medida eficaz que mejora su nutrición y salud cumpliendo además un importante papel educativo. Pero si hablamos de familias con rentas bajas aún es más importante asegurarles el acceso al comedor escolar. Es de sobra conocido que el sobrepeso afecta principalmente a las familias de menor renta. Según el informe “Adiós a la dieta Mediterránea” realizado también por Save the Children y presentado el pasado mes de abril, “la obesidad casi se duplica en las familias de renta baja frente a la de hogares acomodados”.
Se da la paradoja que siendo los centros públicos los que tienen la población más desfavorecida, el número de alumnado en comedores es mucho menor que los concertados o privados.
Parten de casi la misma cobertura en el primer ciclo de Infantil, pero en el segundo ciclo es de 55% en concertados/privados frente al 38% en públicos; en Primaria 48% frente al 36%. Y en Secundaria el abismo es mucho mayor: 1 de cada 10 institutos públicos tienen servicio de comedor, mientras que lo ofrecen 9 de cada 10 centros privados con ESO.
En la Comunidad Valenciana sólo el 5,3% de los centros públicos de secundaria ofrecen comedor escolar, lejos de comunidades como Euskadi, donde un 68,5% de los centros lo ofertan.

Este es uno de los problemas con que nos encontramos: el escaso alumnado de los centros públicos que tienen acceso al comedor escolar. Para empezar no hay servicio de comedor en muchos centros educativos y la jornada continua no ha venido precisamente a favorecer su uso.
Otro problema es que las ayudas son insuficientes. En nuestra Comunidad no hay un presupuesto asignado para cubrir a todos los solicitantes. El umbral máximo de renta que se exige a las familias para obtener la gratuidad del comedor es 12.768 euros al año para un hogar de cuatro miembros. Son unos niveles de renta muy bajos, inferiores a las cifras consideradas umbral de la pobreza. Pero además, se empiezan a repartir ayudas desde las rentas más bajas y hasta que se agote el presupuesto. De esta forma, familias que aún cumpliendo los requisitos pueden quedarse sin beca.

El comedor es un servicio escolar indispensable para muchos niños, niñas y adolescentes, añadiendo a su papel nutritivo y educativo, el de protección social.
Los beneficios de las ayudas de comedor, al contribuir a mitigar las desigualdades sociales, tienen una gran repercusión. Hay estudios que muestran que el acceso a comedor escolar implica mejoras en el rendimiento e incluso menor abandono escolar.

Para cambiar la situación actual Save the Children propone dedicar parte de los fondos europeos de recuperación a construir más comedores y sufragar estas ayudas. Es especialmente necesario en institutos de secundaria y en centros educativos que escolarizan alumnado en desventaja, “asegurando el comedor escolar gratuito como derecho a toda la infancia y adolescencia en situación de pobreza, al igual que hacen otros países europeos”.

Dra. Isabel Rubio